La estudiante del Doctorado en Nanotecnología, Sofía Elena Navarro Espinoza presentó por primera vez a nivel mundial, un estudio que demuestra que los componentes de los catalizadores de automóviles se quedan en el medio ambiente y lo perjudican, trabajo con el obtuvo el primer lugar en la Conferencia de estudiantes sobre geología médica y salud ambiental, edición Latinoamérica, en la que se presentaron ponencias de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y de instituciones internacionales de Argentina, Perú, Brasil y Estados Unidos.
El reconocimiento de mejor ponencia, nivel doctorado, fue por su estudio: Identificación de nanopartículas y micropartículas refractarias de convertidores catalíticos en polvo: un contaminante emergente en entornos urbanos, con el cual la egresada de la licenciatura y maestría en Ciencias Geología demostró su teoría y dejó clara la necesidad de una regulación en la materia en Sonora.
“La investigación que yo expuse en esa conferencia trata acerca del estudio de convertidores catalíticos de tres vías, o catalizadores; estos son los dispositivos que nosotros utilizamos en los vehículos con el objetivo de reducir o no contaminar tanto, es decir que los gases que se generan en el motor no sean tan tóxicos para el medio ambiente, para eso es el catalizador”, detalló.
Explicó que el catalizador es fabricado con algunos materiales especiales que se encargan de hacer esa conversión de gases y, a medida que pasa el tiempo, por su uso, su ubicación en el parte del escape, las altas temperaturas, baches y topes en las calles, dicho catalizador sufre un desgaste y pierde su eficiencia; como consecuencia, ya no se convierten debidamente los gases y se daña el medio ambiente.
A eso, se le suma algo más. “Además, otra consecuencia muy importante es que los materiales de los que está hecho el catalizador, los platinoides y los dióxidos de cerio y de zirconia, se pueden incorporar al ambiente, se deshacen, se desagregan en pequeñas partículas que tienen un tamaño micrométrico y nanométrico y las altas acumulaciones de esos contaminantes en la atmósfera pueden causar un daño en la salud humana”, advirtió.
Con este trabajo se trató de señalar por primera vez a nivel mundial la desintegración de los catalizadores, esas pequeñas partículas que se van a incorporar al ambiente; nosotros utilizamos una serie de técnicas espectroscópicas, como microscópicas y difracción de rayos X para caracterizar muestras de suelo y poder señalar que efectivamente qué partículas del catalizador se encontraban en el medio ambiente, explicó.
Navarro Espinoza precisó que en Sonora -la entidad en la que se basa su estudio- no se cuenta con una legislación ambiental que prevenga esto con una regulación en el uso de los catalizadores, los cuales, comentó, es recomendable cambiar cada cinco años, lo que sí sucede en otras ciudades del mundo donde incluso hay programas de recambio para que sea gratuito para el propietario del vehículo.