Contribuir en lograr óptimos niveles de rendimientos y la rentabilidad del agricultor y ganadero mediante la formación con calidad académica de sus estudiantes a través del aula, la investigación, laboratorios, prácticas novedosas y procesos de actualización continua, son retos que plantea la vida del Departamento de Agricultura y Ganadería de la Universidad de Sonora (DAG).
Lo anterior estableció Mario Antonio Álvarez Ramos, egresado del programa de ingeniero agrónomo en 1973, hoy académico jubilado del mismo programa y consultor en temas agrícolas, al hablar sobre el proceso histórico de ese espacio educativo universitario, su desarrollo y sus cambios frente al siglo XXI.
En el marco del ciclo de conferencias organizado recientemente con motivo del 68 aniversario de fundación del DAG, planteó la necesidad de estar atentos al desarrollo y prospección del recurso humano generacional presente y futuro pensándose en sus incursiones profesionales y estudios de posgrado.
“El reto es formarlo con bases para desarrollar capacidades productivas y competitivas interesados en los avances de la transferencia, aplicación y difusión de la tecnología para la producción sustentable de alimentos, conservación del medio ambiente, entre otras áreas claves para mejorar las condiciones de vida del campo”, expresó.
Presencia, prácticas y liderazgo
Mencionó que, en los valles de la Costa, el Yaqui, Mayo, Caborca, San Luis Río Colorado, hoy destacan egresados muy reconocidos, como líderes en conocimiento y manejos de diversos cultivos.
“Tenemos que seguir avanzando en la mejor formación de recurso humano en esta disciplina porque la producción en el agro tiene que ir cada vez más en aumento”, puntualizó en su intervención virtual.
Comentó la importancia de las prácticas novedosas en que ya incursionan los profesionales egresados del DAG con el apoyo de aplicaciones puntuales de la tecnología para la mejora de la productividad o enfrentar problemas del campo agrícola, sean plagas, malezas, la contaminación por fertilizaciones o la pérdida de fertilidad del suelo.
“Sabemos que múltiples prácticas están siendo adaptadas y dominadas por los diferentes técnicos –como el mejoramiento genético, por ejemplo– en los ranchos y zonas agrícolas y ganaderas de la entidad, aseguró Álvarez Ramos
Soluciones satelitales
Dio el ejemplo de cómo los últimos años las soluciones satelitales han hecho más simples y eficientes tareas como calcular el índice de vegetación, controlar los niveles de agua y luz que reciben las plantas, conocer la salud de las plantaciones o detectar incipientes daños por plagas o enfermedades.
“Las imágenes satelitales son capaces de mostrarnos la cartografía del suelo, la estimación de rendimientos, el análisis de los procesos naturales de erosión de la tierra y el estrés hídrico de los cultivos”, comentó.
Planteó la necesidad de estar atentos a este desarrollo y prospección en la medida en que mediante la constante actualización logren mejores rendimientos y la rentabilidad del agricultor y ganadero.
Al destacar que ese espacio universitario está acreditado por el Comité Mexicano de Acreditación de la Educación Agronómica (Comeaa), junto con Andrés Ochoa Meza, jefe del departamento, dijo que observa un proceso de desarrollo educativo de permanente evolución camino a esfuerzos de la actualización del plan de estudios acorde y en respuesta al modelo educativo 2030 de la Universidad de Sonora.
En su conferencia recordó momentos de trascendencia en la vida del DAG, así como reconocimientos a las generaciones de estudiantes y académicos de diversos periodos, historias, anécdotas, colocación de placas en aulas y laboratorios donde incluso una de las aulas del DAG lleva su nombre, entre otros festejos conmemorativos.