Elías Quijada//
Ofrecer los primeros auxilios en una situación de emergencia es una obligación moral; además, con la primera intervención a través de reanimación cardiopulmonar (RCP) dependerá la evolución de la persona, señaló Ángel Rafael Salgado Ortega, estudiante pasante de la Licenciatura en Medicina de la Universidad de Sonora.
Explicó que RCP son aquellas medidas o actuaciones que hace una persona en un mismo lugar o accidentes antes de que llegue personal especializado, también es un conjunto de maniobras temporales y normalizadas intencionalmente destinadas a asegurar la oxigenación de los órganos vitales cuando la circulación de la sangre de una persona se detiene súbitamente, independientemente de la causa de la parada cardiorrespiratoria.
Indicó que la reanimación cardiopulmonar establece como protocolo un procedimiento de salvamiento cuando una persona carece de respiración o sus latidos cardiacos están afectados. “Cuando se practica el RCP no hay tiempo para conocer a la víctima, sus datos personales, ni preguntas, se debe de actuar si hay conocimiento de primeros auxilios y de manera responsable llamar a los servicios de emergencia o pedir ayuda a personas especializadas”, agregó.
Durante el taller de reanimación cardiopulmonar, actividad que forma parte del Programa de Salud Estudiantil dependiente de la Dirección de Apoyo al Estudiante de esta casa de estudios, el estudiante universitario dijo que existen varias condiciones externas que pueden inducir a un paro respiratorio, desde lo más básico como caminar en la calle, problemas cardiacos, infartos u otras patologías; sobredosis de drogas, accidentes que pueden llevar a la persona a un estado de shock.
“La decisión de ofrecer ayuda se tomará al no responder o respira anormal, se evaluará la situación, mantener la serenidad y evitar la ansiedad, porque posiblemente habrá más personas observando y demostrar que están ansiosos; puede contagiar la ansiedad y se vuelve un caos y lo importante es tener control, coordinación de la situación y observar el entorno”, aseguró.
El procedimiento para realizar RCP es checar la vía aérea, así como ver y sentir la respiración por espacio de cinco a diez segundos para ver si es una respiración normal o agónica, se empezará con 30 compresiones torácicas, a una velocidad equivalente a 100 pulsaciones por minuto con una profundidad de cuatro -cinco centímetros, y seguidas de dos insuflaciones, con las que debemos ver cómo sube y baja el tórax, señaló.
Las manos para realizar la reanimación cardiopulmonar, precisó, se colocarán utilizando el peso del cuerpo para hacer la compresión, con los brazos completamente extendidos, con el talón de la mano en el pecho, sobre el esternón, se mantiene la espalda recta, en una posición cómoda de rodillas a un lado de la persona afectada.
“Se debe de presionar suficiente para ocasionar que el corazón tenga función y comience a enviar la sangre a los diferentes órganos; no debemos dar compresiones seguidas pues se debe de dejar tiempo para que la sangre circule en el cuerpo; se colocará el paciente de lado y se acomodará de tal forma que su cara quede hacia el suelo para que cualquier fluido no obstruya la vía aérea”, mencionó.
Reiteró que todas las personas deben ser canalizadas para recibir atención médica de manera urgente pues la reanimación cardiopulmonar es una acción de prevención para salva la vida de la persona afectada.
El taller fue moderado por el alumno David Alonso Arriola Gálvez y tuvo asistencia de estudiantes y profesores en su mayoría de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud de la institución.