Compartir la necesidad de implementar programas de prevención de consumo de sustancias, mediante un diagnóstico realizado en adolescentes de secundaria de Hermosillo, Sonora, así como la experiencia obtenida en la implementación de un programa sobre estrategias de resistencia al consumo de sustancias fue el objetivo del ciclo de conferencias presentado por la Maestría en Innovación Educativa y la Licenciatura en Educación en la 4ta. Semana Nacional de Ciencias Sociales.
El pasado 8 de septiembre se presentó la tercera y última conferencia del ciclo; en esta ocasión, los académicos María Guadalupe González Lizárraga y José Guadalupe Rodríguez Gutiérrez participaron con el tema Formación de estudiantes de Licenciatura en Educación como facilitadores de un programa de prevención de consumo de sustancias, derivado del estudio realizado con universitarios de esta área.
Cabe destacar que en este estudio también participaron las docentes Cecilia Norzagaray y Rosario López, quienes además fungieron como coordinadoras del evento; además de María Alejandra Aray Roa, moderadora de esta charla virtual.
Esta experiencia se realizó por más de un año y se realizó en vinculación directa con la Universidad Estatal de Arizona, quienes propusieron llevar a cabo este proyecto de investigación que después se convirtió en un proyecto directo de práctica para nosotros, dijo González Lizárraga.
“La Licenciatura en Educación quería entrar a los espacios, sabíamos la necesidad de que los chicos que se están formando tuvieran este tipo de experiencia, y el programa nos pareció que está suficientemente sustentado metodológicamente para implementarlo en las escuelas como un programa efectivamente preventivo”, destacó.
Lo anterior permite poder tener una práctica de calidad ya que deben tenerse las acciones coordinadas, trabajar en conjunto, darle seguimiento, evaluar y tener ese proceso reflexivo, pues el impacto que tiene en las escuelas es fundamental, expresó.
El ejercicio, indicó, consistió en tiempo de preparación, intervención, supervisión, impartición de las sesiones, incluso cambios en la marcha; además, se implementó un puente de comunicación con el encargado del grupo y el estudiante que llevaba la práctica, el estudiante en formación.
González Lizárraga compartió que el objetivo del ejercicio fue analizar la experiencia formativa que llevaron a cabo los estudiantes como facilitadores del programa Mantente real, de prevención en el consumo de sustancias en adolescentes, con el que se trabajó en escuelas secundarias y participaron 26 estudiantes de la Licenciatura en Educación.
Cedió la palabra a Cecilia Norzagaray para que informara las conclusiones del estudio realizado tras haber sido implementado este programa, quien reveló que los estudiantes de la Universidad de Sonora expresaron que la experiencia fue gratificante y aportó a la formación profesional; que también la práctica proporcionó este vínculo institución-escenario real. Además se destacó que la participación de los estudiantes fue fundamental para el éxito del programa.
Acerca de las aportaciones a la formación profesional de los universitarios que tuvo la implementación del programa Mantente Real dio a conocer que entre ellas están la mejora en distintas actitudes de comunicación, colaboración y responsabilidad. Y dentro de los conocimientos que les brindó están la relevancia de la planeación, implementar un programa real, el ambiente y la diversidad del aula.
“A partir de la información que recuperamos a través de grupos focales y cuestionarios, observamos que la experiencia con la práctica fue gratificante; sí hubo dificultades, se tuvieron grandes retos, pero en el balance, los jóvenes terminaron satisfechos con el programa”, dijo.
Por su parte, el académico José Guadalupe Rodríguez resaltó la experiencia formativa de los estudiantes que participaron de la Licenciatura en Educación. Dijo que el proyecto Mantente real se aplica en 56 países y en México en cuatro estados.
Señaló que en esta experiencia formativa los jóvenes que participaron pudieron observar espacios escolares donde había condiciones adversas en las instalaciones.
Otro aspecto que tuvo que ver es la disposición de profesores de participar, y la ventaja de que estos estudiantes universitarios impulsaran mayores dinámicas y le dieron otra creatividad cognitiva a la práctica, destacó.
Rodríguez Gutiérrez habló de aspectos teóricos, del modelo de intervención y de problemas sociales que influyen como la nutrición, la actividad física y el entorno familiar. “Este proyecto tiene otras etapas, se ha ido complejizando, ya tiene más de 15 años y toda una riqueza metodológica y conceptual que había que empezar a dialogar”.