La enseñanza relacionada con la eficiencia energética es considerada un paso firme hacia la sustentabilidad pues busca beneficiar el medio ambiente en el que vivimos posterior a la covid-19. Esta necesidad que se evidenció a un más durante la contingencia sanitaria, donde el planeta tuvo un cambio benéfico notable gracias a la ausencia de la actividad humana en diferentes sectores.
La eficiencia energética se puede usar para cuantificar la productividad por unidad de energía consumida; en otras palabras, usar menos energía para brindar el mismo servicio o usar la misma cantidad de energía para brindar más servicio, aseguró el académico de la Universidad de Sonora, Javier Esquer Peralta.
Sin embargo, la invisibilidad de la eficiencia energética como energía no utilizada hace que sea difícil acreditar su valor de impacto positivo, añadió durante su participación en el IV Encuentro Virtual de la Cátedra Internacional Pensar de América Latina Frente a los ODS (Objetivos del Desarrollo Sostenible), Agenda 2030.
“Si las partes interesadas: privadas y gubernamentales, no invierten adecuadamente en oportunidades de suministro para la eficiencia energética, estas disminuyen, indicó el también coordinador del programa de Posgrado en Sustentabilidad de esta casa de estudios durante su participación, que fue transmitida a través de Livestream en YouTube SoyUnison.
En su conferencia Enseñanza e investigación relacionada con la eficiencia energética en edificios públicos: Un paso firme hacia la sustentabilidad, realizada este 1 de octubre, el docente adscrito al Departamento de Ingeniería Industrial indicó que como principio rector para la eficiencia energética se requieren tres enfoques: reducir la demanda, mejorar la eficiencia y usar energías renovables cuando sea apropiado.
En su intervención Esquer Peralta dio muestra de un estudio realizado en un pequeño edificio público ubicado en el noroeste de México para explicar y comprender la utilidad de las auditorías energéticas y su potencial para revelar oportunidades de eficiencia energética.
Y reveló que, en el caso del estudio, una de las principales fuentes de desperdicio de energía fue el comportamiento de los ocupantes. “Es importante involucrar a todos los actores de la sociedad, entre ellos gobierno y academia, para que puedan de una manera integral fomentar y propiciar soluciones integrales”, apuntó.
Explicó que el desarrollo sostenible o sustentable es el que satisface las necesidades del presente sin comprometer las capacidades de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.
También destacó la importancia de la conservación y gestión de los recursos, así como que la preocupación por el cambio climático, la contaminación del aire y el agotamiento del ozono ha creado una nueva demanda de información científica, económica y social para reducir las incertidumbres que aún quedan en esas esferas.
La energía, abundó, es esencial para el desarrollo económico y social, y el mejoramiento de la calidad de la vida; sin embargó, resaltó la necesidad de controlar las emisiones atmosféricas de gases de efecto invernadero y otros gases y sustancias deberán basarse más en la eficiencia en la producción, transmisión distribución y consumo de la energía, y en una dependencia cada vez mayor de sistemas energéticos, ecológicamente racionales, sobre todo de las fuentes de energía nuevas y renovables.
Habló brevemente de los objetivos del desarrollo sostenible, también conocidos como objetivos mundiales, y se centró en cuatro de ellos: el número 4, referente a Educación de calidad; el 7, acerca de Energía asequible y no contaminante; el 9, referente a Industria, innovación e infraestructura, así como el 13, que habla de Acción por el clima.
También hizo referencia a los términos calentamiento global, cambio climático y efecto invernadero. Dio cifras como que México emitió 638 millones de toneladas de gases de efecto invernadero en 2015, e hizo hincapié en lo señalado por Ban Ki-moon, en el año 2014: “la energía es el hilo de oro que conecta el crecimiento económico, el aumento de la equidad social y la sostenibilidad ambiental que permite que el mundo prospere”.
Esquer Peralta es Ingeniero Industrial y de Sistemas y cuenta con una Especialidad en Desarrollo Sustentable por la Universidad de Sonora. Es doctor en Ciencias, en el área de Producción más limpia, por parte de la Universidad de Massachusetts Lowell.
Ha sido promotor del desarrollo sustentable y ha participado en diferentes iniciativas de protección ambiental; además, es autor y coautor en artículos en publicaciones científicas de reconocimiento internacional.
Sus líneas de interés en investigación son el desarrollo sustentable, prevención de la contaminación, seguridad e higiene ocupacional, producción más limpia, sistema de gestión de sustentabilidad, eficiencia energética y educación para el desarrollo sustentable.