La mejor manera de prevenir cualquier situación o crisis que derive en la posibilidad o riesgo de un suicido, debe atenderse con los profesionales de la salud mental, aseguró Olimpia Salazar Serrano, responsable del Centro de Atención Telefónica de Intervención en Crisis (Catic), del Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación.
La especialista habló de la importancia de poner atención a la salud mental pues las enfermedades de tipo emocional han repuntado en este tiempo de confinamiento y aislamiento social y moral por causa de la pandemia por covid-19.
“Si no estás bien emocionalmente, tu vida no va a funcionar y va a repercutir en ti y en los tuyos, en los que tú amas, a los que no quieres hacer daño. Es una cadena, después repercute en tu familia, tu trabajo, los amigos”, expresó en el marco del Día Mundial para la prevención del suicidio.
Olimpia Salazar dijo que el suicidio es una medida sumamente trágica que toman las personas para resolver un problema, porque un suicida busca resolver un problema al que no le encuentra solución y realmente no quiere morir, quiere resolver un problema y cree que su único recurso es la muerte.
Reiteró la importancia de atender la salud mental y algunos síntomas en los que se manifiesta puede ser el estrés, la ansiedad, la depresión, el duelo y las drogas, entre otros, pues éstos se pueden agravar y detonar en un intento o hecho suicida.
“Esta pandemia nos ha ayudado a darnos cuenta de la importancia que tiene atender la salud mental que, los doctores por lo general lo minimizan diciendo que no hay alguna enfermedad física y sólo se padece de estrés.
“Las personas van al médico cuando sienten dolor de cabeza, dolor de estómago, que la mayoría de las veces son reflejo del estrés que se padece y como no sale nada en los estudios químicos, pues los doctores le dicen a la gente que sólo tiene estrés y todo lo tomamos normal, cuando debemos entender que el estrés es el inicio de otros tipos de enfermedades”, explicó.
La docente universitaria dijo que, por lo general, una persona suicida o con intención de suicidarse, tiene antecedentes con problemas emocionales en alguna etapa de su vida que los acumula hasta no poder resolverlos y pensar en el suicidio.
Reiteró que el confinamiento ha elevado estas enfermedades porque la gente ya no tiene oportunidades ni estrategias de relajamiento para ‘liberar el estrés’ como era antes una reunión con amigos, una salida al cine después de la jornada laboral o de estudios y ha aprendido a llegar a los psicólogos y a los psiquiatras para atender esa situación.
“Realmente nos estamos dando cuenta que necesito atenderme mi salud mental. Eso es bueno para los profesionales de la salud mental y más bueno para la gente que reconoce que no puede solo, que necesita ayuda. Todos debemos tener un profesionista de la salud mental de cabecera, así como tenemos a un médico familiar”, asentó.
Explicó que el estrés transforma el estado de ánimo de las personas pues luego avanza a una etapa de ansiedad que descontrola aún más el estado emocional del individuo que luego reacciona con ataques de pánico, y manifestaciones que no puede controlar, pero es más grave cuando el doctor sólo dice que es estrés y que todo está normal.
“Después todo el estrés se convierte en un trastorno, en una manía y la situación de la persona se vuelve más crítica; entonces empieza la desesperanza y vienen ideas a las personas de no querer seguir viviendo, de no tener fuerzas para poder enfrentar lo que está pasando y se debilita el sistema inmune que abre las puertas a otras enfermedades”, advirtió.
Olimpia Salazar señaló que, según estadísticas, son más las mujeres que intentan suicidarse, pero son los hombres quienes más lo logran por el uso de métodos más letales. “En América Latina se tiene un registro de una taza del 13.2% de suicidios por cada 100 mil habitantes y de éstos, el 15% son hombres y el 11% han sido mujeres”.
Escuchar, clave para ayudar a alguien que tiene ideas suicidas
Para la académica Olimpia Salazar, la clave para ayudar a una persona con ideas suicidas es escucharlo, establecer una empatía con la persona, tratar de conocerlo, dejar que se exprese y hablar con tranquilidad para plantearle alternativas para solucionar sus problemas.
Dijo que en el Centro de Atención Telefónica de Intervención en Crisis (Catic), del Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación se recibe la llamada y mediante un proceso de identificación se establece el motivo de la llamada y se aprecia la situación especial o crítica de quien ha marcado por ayuda.
“Quien tiene ideas suicidas y habla a un centro como éste o a alguien más para decir lo que piensa hacer, dentro de su crisis, su condición o incluso, su estado de shock, lo que está haciendo es pedir ayuda y eso es muy bueno, porque finalmente quieren una oportunidad para seguir viviendo”, expresó.
Señaló que, al principio de la pandemia, en Catic recibieron llamadas frecuentes de personas con intención de suicidarse y detectaron que ya tenían problemas anteriores de estrés y ansiedad y el confinamiento sólo los hizo llegar al límite.
Explicó que al recibir una llama de un presunto suicida se platica con ellos hasta lograr estabilizarlos emocional y físicamente para brindarles apoyo, de no lograr el equilibrio y el control de la persona, entonces se procede a una intervención de emergencia, se evalúa el riesgo y se canaliza.
“La llamada, el acercamiento siempre va a ser muy importante, pues el posible suicida está buscando ayuda. Nosotros le damos acompañamiento y se siente acompañado, siente que lo escuchan. Siempre es una persona muy estresada que sola no podrá ver la luz ni la solución a sus problemas. Tenemos que convencernos de que, si no podemos solos, hay que buscar ayuda siempre”, asentó.