Tanto el confinamiento al que nos vemos obligados a cumplir por la pandemia de covid-19 y ahora, el regreso paulatino a las actividades, generan intranquilidad e inseguridad y afectan el equilibrio emocional y la salud mental de las personas, aseguró la especialista Olimpia Salazar Serrano.
La responsable del Centro de Atención Telefónica de Intervención en Crisis (Catic) del Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación, dijo que es un derecho y una obligación atender la salud mental de quienes integran la sociedad.
“La salud mental es una realidad y forma parte de la salud integral de cada quien y de todos en la sociedad y estamos viendo ahora claramente por qué tenemos muchas manifestaciones psicológicas. Es importante reconocer la salud mental y acudir a un especialista porque la atención a la salud mental propia y de quienes dependen de mí, es un derecho y una obligación”, expresó.
Salazar Serrano comentó que durante la pandemia se han observado muchas cosas, comenzando con la incertidumbre del principio, cuando no sabíamos qué iba a pasar, viendo las medidas del gobierno que para muchos generaron dudas, mientras que otros, en sus casas por mucho tiempo, totalmente aislados, han tenido que ir saliendo a realizar sus actividades poco a poco o de una sola vez con miedo.
Adelantó que el solo anuncio del regreso presencial a clases ha puesto a la gente en una situación de miedo y de más estrés, porque no se sabe si está mal o está bien, y sólo se genera más incertidumbre. “Psicológicamente nos ponen en situaciones donde manifestamos estrés en nuestro cuerpo, tensión muscular, desesperación, pero también confusión a nivel mental”.
Dijo que así la situación nos orilla a buscar la mejor respuesta… que si sí, que si no… y nos lleva a un desajuste emocional al tener que tomar decisiones que no son propias, que no son como nos manejamos y nos pone en un estado de angustia.
Comentó sobre la importancia de reconocer y abordar el estado emocional de nuestros hijos partiendo de que los conocemos y que podemos identificar acciones que no son comunes o que no son habituales en cada uno de ellos para saber si están afectados por la situación.
“Tenemos que observar cómo responden a sus tareas y a las actividades de la escuela y de la familia, a sus clases en línea y el trabajo a distancia, en el caso de las escuelas privadas; y las cuatro horas frente a una computadora, en las públicas.
“Debemos ver cómo los niños, los jóvenes, asumen su trabajo en línea y como se adapta a él; si se enfada, se duerme, si trabaja, hay que ver cómo trata sus cuadernos, así como cuáles son sus respuestas ante la familia, si está irritable, triste, aislado, si come o no, si tiene pesadillas, si de repente no es la misma persona”, enfatizó.
Esos son indicadores que nos pueden señalar situaciones en las que ellos pueden estar en riesgo o que tienen algún problema de salud, explicó, aunque hay niños que no lo manifiestan de manera verbal, pero les va a doler el estómago, la cabeza, van a tener ascos, mareos, vómitos o no podrán dormir.
“Esas cosas son indicadores, y la mayoría de las veces, cuando tenemos problemas de salud porque son más fáciles de detectar, los llevamos al médico y los vamos descartando cuando nos dice que no tiene nada y entonces hay que poner atención”, añadió.
Esta pandemia está muy complicada, pero la que viene es la de salud mental y significa que habrá muchas personas con depresión, ansiedad, daños psicológicos y ya desde hace un año hemos atendido este tipo de casos en jóvenes adolescentes y universitarios.
Por ello recomendó tomar medidas para mitigar las consecuencias del encierro, de la pandemia, de las circunstancias haciendo ejercicio, comiendo sano, tomar agua, platicar, dar espacio para atender esa salud mental y expresar nuestras emociones, pensamientos, sentimientos y plantear alternativas de buscar cómo mejorar cada vez.
“Son muchas cosas que podemos hacer, sobre todo no tenemos la dimensión de lo que es el estrés, y lo que viene después de éste, que vienen otras enfermedades, desajustes emocionales y psicológicos”, apuntó.
Reiteró la invitación a la población a atender su salud mental y puso a disposición el número de teléfono 6624-548484, del Centro de Atención Telefónica de Intervención en Crisis (Catic).