Elías Quijada
Sonora se encuentra en los primeros lugares a nivel nacional en incidencia por violencia familiar, y cada año este problema social va al alza; en el 2019 se abrieron 3,587 carpetas de averiguación, mientras que en el 2020 la cifra ascendió a 5,450 denuncias de mujeres que fueron agredidas en sus hogares, reveló Silvia Núñez Esquer.
Dichas cifras, según la Procuraduría General de Justicia del Estado de Sonora, son resultado de la cultura de la denuncia y la metodología de registro eficaz a través del 9-11; sin embargo, la activista sonorense expresó que existe diferencia entre las llamadas de emergencia por situaciones en el hogar y la apertura de procesos de investigación, pues en Sonora es obligación por ley, desde marzo del año pasado, iniciar las indagaciones correspondientes para atender los casos por violencia intrafamiliar.
“Las mujeres tienen que pasar por todo un proceso, desde animarse a interponer la denuncia, acudir a las estancias correspondientes, porque no existe la información suficiente a dónde ir cuando hay violencia por parte de algún integrante de la familia, exponerse a que no le crean, esperar la atención adecuada, a veces van solas y, en el caso de Sonora, soportar el clima en tiempo de verano”, dijo la especialista en el tema.
Aseguró que el Sistema Nacional de Seguridad Pública dio a conocer que, en el mes de enero del 2021, en el reporte de incidencia con perspectiva de género, Sonora sigue siendo primer lugar en tasa por cada 100,000 mujeres en llamadas de emergencia, y en datos sobre líneas de averiguación reiteró que en el 2019, por violencia familiar se abrieron 3,587 carpetas y en el 2020 fueron 5,450 casos seguidos por oficio.
Ante este contexto nacional y local, Núñez Esquer expuso que se requiere cambiar el enfoque de los gobiernos hacia una prevención real y activa; hacer una política pública que evite la violencia o que escale a más sectores de la sociedad, porque cada feminicidio que se registra es un caso de violencia familiar no o mal atendido.
En cuestión de legislación señaló que la Constitución Política de México está armonizada con los tratados internacionales y se han eliminado delitos que eran discriminatorios; sin embargo, falta sancionar a las autoridades que no hacen lo correspondiente. Se tienen contralorías para cuidar lo económico y patrimonial, pero no se tiene para verificar la calidad de los servicios o relacionadas a que se cumplan las legislaciones aprobadas.
Destacó que otro sector importante que podría coadyuvar a combatir los altos índices de violencia intrafamiliar son las universidades públicas y privadas a través de la investigación, las cuales podrían formular políticas públicas con enfoque en los derechos humanos y perspectiva de género, y explicar desde la ciencia el por qué surge el problema de violencia intrafamiliar en algunos sectores específicos.
“Es lamentable que la Universidad de Sonora no tenga un centro de investigación con líneas de estudios basados en la perspectiva de género, existen pocos centros de estudios que tienen materias, licenciaturas y posgrados o incluso especialidades bajo este enfoque, pero en la institución no. Sabemos que se trabaja en actividades como conferencias, diplomados o talleres, pero se necesita ir más allá para fomentar una cultura de equidad genuina en la comunidad”, sostuvo.
La representante en Sonora del Observatorio Nacional del Feminicidio hizo el llamado a que se respeten las leyes y transversalizar una perspectiva de género no en papel ni en palabras, sino que haya un indicador donde se pueda evaluar la calidad de los servicios y saber qué lugar las funcionarias y funcionarios están ejerciendo por completo lo dispuesto en las leyes, pues una llamada puede salvar la vida de ellas y de sus hijos, aseveró.
Silvia Núñez Esquer ofreció una charla en el Departamento de Sociología y Administración Pública de la Universidad de Sonora, actividad programada en el marco del Día Internacional de la Mujer; en la reunión virtual, la experta en equidad de género compartió con estudiantes universitarios sobre la violencia contra las mujeres y reflexionó sobre la necesidad de formar nuevos investigadores que proporcionen explicaciones científicas del por qué la violencia intrafamiliar en México y Sonora.