La discriminación sólo podrá superarse en la medida en que el Estado sea capaz de articular una estrategia estructural basada en un esquema garante de los derechos humanos que haga frente a cualquier tipo de exclusión en todas las esferas de la vida pública y privada, afirmó Georgina Alicia Flores Madrigal, académica de la Facultad de Derecho de la UNAM.
Al participar ayer en la II Cátedra Internacional Estrategia Nacional de Cultura Cívica (Enccívica) Francisco I. Madero, cuya temática general fue Avances pendientes ante la discriminación, dijo que no basta sólo con promover una cultura de respeto a los derechos humanos, sino que también es necesario avanzar hacia un adecuado y eficaz sistema de justicia.
“Se necesita defender y proteger legal e institucionalmente la no discriminación; ello, a partir de las disposiciones del derecho internacional y nacional en la materia”, expresó en el conversatorio virtual con su tema Desafíos en materia de discriminación, donde sostuvo que México es un país discriminador por el género, edad, discapacidad, condición social y económica, el culto, apariencia física, características genéticas, entre otros factores.
“La discriminación es una conducta culturalmente fundada sistemática y socialmente extendida de desprecio contra una persona o grupos sociales sobre la base de un prejuicio negativo o un estigma relacionado con una desventaja inmerecida y que tiene por efecto (intencional o no) dañar sus derechos y libertades fundamentales”, reiteró.
Flores Madrigal puntualizó que el ideal en la sociedad es que todos debemos promover y celebrar el derecho humano a vivir una vida plena con dignidad y sin discriminación.
Asimismo, precisó sobre lo que se conoce como la discriminación estructural, la cual es un conjunto de prácticas informales o institucionales que niegan el trato igualitario, o producen resultados desiguales para ciertos grupos sociales y que tienen como consecuencia la privación o el menoscabo en el acceso a los derechos y la reproducción de la desigualdad social.
También mencionó las acciones afirmativas en esa materia, las que indicó deben encaminarse a resolver de inmediato los históricos rezagos de algunos grupos en mayor situación de vulnerabilidad. Se trata de establecer medidas especiales para esos grupos, con base en una valoración real de las diferencias a fin de conseguir una igualdad que parece difícil de alcanzar en este momento, señalando que éstas deben aspirar no sólo a eliminar la discriminación, sino a revertir sus efectos.
“Es indispensable complementar la labor jurídica con medidas para la igualdad de inclusión y acciones afirmativas, así como instrumentar políticas que permitan revertir la exclusión que discriminados han enfrentado en México por generaciones”, expresó.
Daniela Cerva Cerna
Por su parte, en la misma sesión virtual organizada por el INE y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Daniela Cerva Cerda, docente e investigadora de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, habló sobre el tema La protesta feminista en México como derecho humano a la libre expresión.
En su intervención se hizo las preguntas de cómo ciertas agendas o actores logran legitimarse a la hora de protestar; por qué protestan las mujeres; qué significa la represión a esos movimientos sociales, y si es el derecho a la manifestación una facultad humana.
Hizo referencia a la irrupción de colectivos de mujeres jóvenes que actúan principalmente a través de la protesta social y el ciberactivismo, recordando que en los últimos años han roto el silencio sobre la gravedad de la violencia contra las mujeres en México y han logrado influir en la opinión pública, la agenda política y en la de los medios de comunicación.
Cerva Cerna señaló que se sostiene que la energía y el enfoque del activismo feminista contemporáneo en México provienen de la indignación y la rabia ante la epidemia de violencia contra la mujer, que se intensifica por una mayor violencia institucional en forma de discursos públicos hostiles, revictimizantes y antifeministas.
Por ello, dijo que sus estudios le hacen reflexionar sobre el movimiento feminista en México, observando cómo miles de mujeres se han unido a grupos y colectivos a través de la protesta social, posicionado el tema de la violencia contra las mujeres en la agenda pública mexicana.
“Somos testigo y parte de un fenómeno que nos anuncia que el movimiento feminista es de masas, que tiene una resonancia e influencia global y que está transformando la forma como se debaten los problemas relativos a la desigualdad y discriminación hacia las mujeres en el mundo”, subrayó.
En el caso mexicano, Daniela Cerva afirmó que en los últimos años la presencia de mujeres protestando —especialmente jóvenes— ha sido parte central de la agenda de los medios de comunicación, de las redes sociales y del cuestionamiento al papel del gobierno en la atención a la violencia contra las mujeres.
Día para la Cero Discriminación
Georgina Alicia Flores y Daniela Cerva coincidieron en señalar la importancia de la proclamación, el 1 de marzo por la Asamblea General de la ONU, como el Día para la Cero Discriminación, el cual dijeron constituye un llamamiento para promover y celebrar el derecho de cada persona a vivir una vida plena con dignidad, independientemente de su aspecto, sexo, edad, religión, lugar de procedencia, condición médica o social, opiniones, raza, discapacidad, origen étnico, orientación sexual, lengua o cualquier otro motivo.
En el conversatorio también participaron Fernando Castañeda Sabido, presidente del comité académico de la Cátedra y Francisco Morales Camarena, director de Educación Cívica y Participación Ciudadana del Instituto Nacional Electoral (INE).
Castañeda Sabido informó que la Cátedra Extraordinaria Enccívica Francisco I. Madero es una figura académica que convoca a investigadores, estudiantes y docentes a involucrarse en un proceso de reflexión profunda y de elaboración de estudios sobre los retos y el estado actual de la democracia y los derechos humanos.