Con una visión académica que retoma algunas de las líneas de acción de la Agenda 2030 de la ONU para el desarrollo sostenible, la Universidad de Sonora inició las actividades académicas de Ingeniería en Ciencias Ambientales, con 40 estudiantes en su primera generación.
Con un programa académico de ocho semestres, el propósito es formar profesionistas con un enfoque interdisciplinar que resuelvan problemas ambientales relacionados con la calidad, uso y consumo sostenible de los recursos naturales, casos de contaminación, cambio climático, disposición de residuos peligrosos, planeación y gestión ambiental, sólo por mencionar algunos campos de acción.
Al respecto, el director de la División de Ciencias Exactas y Naturales, Rodrigo Meléndrez Amavizca, abundó que la idea de la formación interdisciplinar de esta profesión no es sólo a través de las materias, sino que en la concepción de esta opción educativa participaron docentes e investigadores de diversas áreas del conocimiento, no sólo de los diversos departamentos que conforman la División de Ciencias Exactas y Naturales, sino de otras áreas departamentales, añadió.
“Para hablar del problema del aire o del agua, se necesitan a especialistas de las áreas de física, matemáticas, química, biología, ciencias de la Tierra, ecología, hidrología, derecho, psicología; realmente es un programa educativo interdisciplinar, porque son muchas las variables que se deben tomar en cuenta en la cuestión ambiental”, comentó.
La idea de ofrecer esta carrera surgió en el año 2012 en el Departamento de Ingeniería Química y Metalurgia, tiempo en el cual se empezaron con los estudios de factibilidad. Posteriormente, la inquietud fue retomada en 2015 por el Departamento de Geología, y es en esta área donde actualmente ha quedado integrada la licenciatura de Ingeniería en Ciencias Ambientales.
El también especialista en física de materiales comentó que otro aspecto importante del plan de estudios es que contempla seis de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y a través de los cuales, dicha organización busca poner fin a la pobreza.
Meléndrez Amavizca abundó que se retomaron los siguientes objetivos de la Agenda 2030: el seis, agua limpia y saneamiento; el siete, energía asequible y no contaminante; el 12, orientado a la producción y consumo responsables; el 13, acción por el clima; el 14, vida submarina; y el 15, considera la vida de los ecosistemas terrestres.
Sobre la pertinencia de abrir esta opción educativa, el docente e investigador del Departamento de Geología, Ismael Minjárez Sosa, comentó que la nueva propuesta académica se basó en diversos aspectos; entre ellos, los pronósticos de crecimiento poblacional estiman que para el año 2050 se alcanzará la cifra de 10 mil millones de habitantes.
Dicha situación incrementará sustancialmente los requerimientos de recursos, y ante ello es necesaria una nueva relación entre el ser humano, la naturaleza y sus recursos que ésta provee, enfatizó el catedrático responsable de coordinar este proyecto curricular.
Fenómenos globales como el cambio climático, la degradación de los suelos, escases del agua y la mayor frecuencia de desastres naturales y ambientales, demandan mayor atención de la sociedad; motivo por el cual la Ingeniería en Ciencias Ambientales contempla seis de los objetivos de la Agenda 2030 de la ONU, explicó.
Este escenario también provocará un incremento en la demanda de profesionales especializados en el área de ciencias ambientales, de tal forma que podrán desempeñarse en tareas orientadas a la implementación de tecnología para resolver problemas ambientales, desastres naturales, promover la educación ambiental, proyectos de gestión ambiental en la administración, y del medio natural, además de la consultoría y evaluación de impacto ambiental, sólo por mencionar algunos, dijo.
El especialista en sistemas de información geográfica, geología ambiental, y análisis de cuencas hidrológicas, señaló que en la conformación curricular se contó con la participación de investigadores de los departamentos de Ingeniería Química y Metalurgia, Investigaciones Científicas y Tecnológicas, Geología, Psicología y Ciencias de la Comunicación, Derecho, Antropología e Historia.
Se trata de una opción educativa única en su tipo en el noroeste del país y probablemente a nivel nacional, recalcó, pues además del enfoque de integración interdisciplinar implementado; el estudiante tendrá la opción de elegir dos áreas de especialidad: una está orientada al análisis de fenómenos y problemas ambientales, evaluación de impactos ambientales; lo anterior con un fuerte componente de estudios hidrológicos y de gestión integral de riesgos naturales y ambientales, reveló Minjárez Sosa.
Mientras tanto, otra área de especialidad está orientada al diseño e implementación de soluciones tecnológicas para la atención, monitoreo y remediación de problemas ambientales, añadió.
Por otra parte, el campo laboral será amplio, precisó, serán profesionistas que podrán integrarse a los sectores industrial, minero, agrícola, químico, de la construcción, transportista, compañías de seguros; o bien en el ámbito gubernamental en dependencias como Semarnat, Conagua, Conafor, Sader, SCT, por mencionar algunas.