El fenómeno de la corrupción constituye un ataque permanente contra la moral social e individual, el desarrollo económico, la seguridad pública y, en último caso, contra la familia, sociedad y el Estado, señaló en su ponencia Jorge Fernández Ruiz, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Programado para asistir a la Primera Jornada del Día Internacional contra la Corrupción, pero impedido de última hora, el maestro en Administración Pública envió un texto —que fue leído por el docente Aarón Grageda Bustamante— en el que establece que la corrupción no es exclusiva del ámbito gubernamental, sino que también se da en instituciones como fundaciones e instituciones de beneficencia que remuneran a sus dirigentes con sueldos y prestaciones estratosféricos, o que ocultan sus actividades de lucro como un disfraz filantrópico, perversión que se da también entre las empresas privadas.
A través de su manifiesto, Fernández Ruiz resaltó que la corrupción se puede entender como el deliberado desorden en el ejercicio de las funciones públicas con miras a la obtención de un beneficio ilícito, pues la corrupción en el gobierno es uno de los graves males endémicos que amenaza de manera permanente el correcto desempeño de todo poder público.
El combate a las malas prácticas requiere del diseño e implementación de un régimen jurídico que norme adecuada y efectivamente la actuación de los servidores públicos, mediante ordenamientos jurídicos apropiados, añadió.
El especialista, en voz de Grageda Bustamante, precisó que uno de los ámbitos tradicionales de la corrupción en el país es en los cuerpos policiales a cuyo cargo está la preservación de la seguridad en lugares públicos, y se puede presentar en múltiples formas, como el soborno, el atraco a los trabajadores en los días de pago, la imposición de cuotas a los patrulleros o los agentes que pretenden adscripción a zonas o territorios específicos, el pago para ascensos en el escalafón, entre otros muchos.
Otra área de oportunidad en materia de corrupción la representa la de procuración de justicia, que da lugar al indebido no ejercicio de la acción penal e, incluso, a una deliberada defectuosa actuación acusatoria del agente del ministerio público, que redundará en la liberación del indiciado.
“Se dice que la corrupción electoral es la madre de las demás modalidades; por ello, en México se observa una terca proclividad a trastocar o distorsionar los resultados electorales mediante acciones ilícitas encaminadas a vulnerar el carácter universal, libre y secreto del voto”, indicó el investigador de la UNAM en su escrito.
El documento concluye señalando que entre las modalidades más rentables de la corrupción figura la ilegal adjudicación de contratos administrativos, así como el defectuoso cumplimiento de éstos. Numerosas fortunas se han originado en el contubernio de proveedores y contratistas de la administración pública con los funcionarios a cuyos cargos estuvo la contratación respectiva.