La formación rocosa sonorense tiene representada todas las eras geológicas: Paleozoica, Mesozoica y Cenozoica, lo que permite tener un registro estratigráfico muy completo sobre cada periodo, aseguró Carlos Manuel González León, investigador del Instituto de Geología de la UNAM, Estación Regional Noroeste.
En su participación en el XVI Congreso Estudiantil de Biología (Cebio): Extinciones 2019, el doctor en Geología por la Universidad de Arizona dijo que en el estado se han encontrado minerales pertenecientes a finales de la era proterozoica, de origen ígneo y metamórficas, con un rango de edad que va de 1,770 a 1,100 millones de años.
Comentó que en Sonora se desarrolló una gran cuenca lacustre en la región de Naco-Esqueda, sector denominado grupo Cabullona que es depósito sedimentario de 4.5 kilómetros de espesor, que fue escenario de grandes ríos, abanicos aluviales, lagos altamente fosilíferos; es decir, hábitat de dinosaurios, cocodrilos, peces, tortugas, plantas, polen y otros reptiles.
“Los principales grupos de dinosaurios cretácicos en el grupo Cabullona son: triceratops, dromeosáuridos o lagartos corredores, terópodos, troodóntidos, titanosaurios, ornitópodos y ornitomímidos; se han encontrado importantes hallazgos en esta zona, huellas y huesos”, dijo.
La Tierra se formó hace 4,560 millones de años y su origen está relacionado a la formación del Sistema Solar; la edad del planeta se deduce por fechamientos realizados a meteoritos, y el material más antiguo conocido se encuentra guardado en Northern Arizona University, el Meteorito NWA 2364, que tiene 4,568.2 millones de años, indicó.
“La historia de la Tierra y de la vida está escrita en las rocas, las piedras se pueden fechar y con ello la edad de todos los eventos que han ocurrido desde su formación”, habló.
González León expuso que la vida del planeta se divide en Arcaica, Proterozoica, Paleozoica, y en esta era se encuentran los periodos cámbricos, ordovícico, silúrico, devónico, carbonífero y pérmico, después entra la era Mesozoica, dividida en triásico, jurásico y cretácico, y finalmente Cenozoica, que está conformada por siete épocas: paleoceno, eoceno, oligoceno, mioceno, plioceno, pleistoceno y holoceno.
Una extinción masiva, en el sentido paleontológico, es cuando la tasa de la extinción se acelera en relación con las tasas de origen, de modo que más del 75% de las especies desaparecen en un intervalo geológicamente corto, típicamente menor a dos millones de años.
“Se tienen registradas cinco grandes extinciones: la primera se ubicó hace 433 millones de años, a finales del periodo ordovícico; después, 360 millones de años, finales del devónico, donde devastó a organismos formadores de arrecifes; le sigue una tercera, a 250 millones de años, final del pérmico, casi acaba con trilobitas, pelicosaurios y placodermos; también a 200 millones de años, a finales del triásico, acaba con conodontos y grandes anfibios, y la última, hace 65 millones de años, a finales del cretácico, acaba con dinosaurios, pterosaurios, amonites y muchas plantas”, subrayó.
El investigador del Instituto de Geología de la UNAM ejemplificó que durante la segunda extinción se perdieron el 35% de los géneros y el 75% de las especies, y las causas fueron enfriamiento global, seguido por calentamiento global, posiblemente vinculado a diversificación de plantas, formación de suelos y reducción del CO2 global, evidencia de anoxia de aguas profundas, concluyó.