Luis Mendoza//
Irene Merino Fernández estudia su último año de grado en Ingeniería en Tecnología de la Telecomunicación, en el campus de Tafira de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (España), y desde agosto de este año es alumna de movilidad en la Universidad de Sonora.
“Cuando vuelva a España voy a intentar que la gente venga aquí, no es una universidad complicada, hay materias complicadas, pero como que los profesores te lo hacen fácil; no es como allá, que le da igual al maestro, y le das igual y te ignoran; acá se me hace que el maestro se preocupa más de que estés y aprendas, y eso me parece bueno para una movilidad, aquí se puede hacer un intercambio cómodo”, refirió la estudiante española.
Destacó que los profesores son más relajados aquí que en España, y que la enseñanza es más personalizada, al notar que los docentes se preocupan e interesan para que todos los alumnos del salón estén comprendiendo los contenidos académicos.
Merino Fernández tiene una carga académica de seis materias; por cuestiones de equivalencias a su plan de estudios (Grado en Ingeniería en Tecnología de la Telecomunicación), dichas materias las cursa en tres programas diferentes en la Universidad de Sonora: Señales y Sistemas, Radiofrecuencia y Microcontroladores, en Ingeniería en Tecnología Electrónica; Administración Estratégica y Administración de Proyectos, en Ingeniería en Mecatrónica, y Energías Renovables, en la Licenciatura en Químico en Alimentos.
A pesar de cursar las materias en diferentes programas educativos, la estudiante de intercambio considera que cada uno de los docentes asignados es excelente, pues se han preocupado y ocupado en que se adapte bien y se sienta incluida en la dinámica académica.
“La materia de Señales y Sistemas la he llevado dos veces en España y no he entendido absolutamente nada, y aquí, con el maestro que tengo, dice ‘yo no quiero enseñarles tanto, sino pocas cosas y que sepan hacerlas perfectas’, y la verdad es que se me hace mucho más fácil de aprender, yo estoy entendiendo lo que estoy haciendo y estoy entendiendo algo que no entendí en dos años anteriores, entonces es algo que me fascina hacer”.
Respecto a la relación con sus compañeros de clases, menciona que le ha resultado un tanto raro el convivir con jóvenes de menor edad a la suya, pues las materias equivalentes a su último año, aquí son cursadas en los primeros semestres; sin embargo, reconoce que en la dinámica de clases sus compañeros plantean cuestionamientos, comentarios e ideas frescas que enriquecen el aprendizaje.
“Me llama mucho la atención de que cada estudiante se tiene que buscar la vida para estar al día; por ejemplo, yo estoy llevando una asignatura en la que necesitamos ordenador, y yo tengo que traer ordenador, mientras que allá, en mi universidad, nos proveen de la tecnología; pero aquí al final te hacen responsabilizarte más de ti, de que si no lo traes no avanzarás ese día y eso también es positivo”.
Otra de los temas que han llamado la atención a Irene Merino Fernández son los promedios tan altos de las calificaciones con las que evalúan los maestros: “no sé si porque sea más fácil o enseñen mejor, allá soy uno de los promedios más altos de mi grado, con un 70, yo soy una de las que más destaco”.
El interés de Merino Fernández por México, para su intercambio académico, obedece a que desde hace más de 20 años su tío radica en Sonora, y fue él quien le sugirió que fuera la Unison la institución receptora; posteriormente, ella le pidió al coordinador de su carrera establecer el contacto para formalizar el intercambio de movilidad.
Tras 36 horas de viaje, llegó a Hermosillo, una ciudad que le parece diferente, con carros muy grandes, en el desierto y sin muchos edificios. Mencionó que el primer día se perdió en la universidad, “pero aquí la gente te ve extraviada y te pregunta que si qué buscas, al vernos desubicados la gente es cordial y amable”, finalizó.