Docentes de la División de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Sonora participan en el curso taller No somos iguales: La función ética de la diferencia en la construcción de comunidades universitarias libres de violencia, impartido por Flor de María Gamboa Solís, profesora investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
El objetivo de dicha actividad es capacitar a los docentes para identificar las fuentes de la violencia asociadas a la diferencia, a partir de la comprensión de los elementos del feminismo, de la diferencia, los estudios de género y el psicoanálisis, a fin de que se transformen en agentes educativos con los conocimientos y sensibilidad necesarios que les permitan hacer efectiva la construcción de una comunidad universitaria libre de violencia.
Gamboa Solís, quien cuenta con un doctorado en estudios de Género por la Universidad de Sussex (Reino Unido), señaló que los participantes en esta actividad organizada por el Programa Institucional por la Equidad de Género serán capaces de identificar los elementos del sistema patriarcal que han obturado la elaboración de una ética de la diferencia sexual.
“El sistema patriarcal no es solamente un sistema donde los hombres tienen más poder o privilegios que las mujeres, se trata de esa figura que encabeza toda una organización civilizatoria que históricamente ha modelado estos espacios de autoridad y poder, que deciden el rumbo de la sociedad y que han decidido los elementos adecuados o idóneos para sostener a la civilización; detentan un poder sobre todos los otros (mujeres, niños, adolescentes, indígenas, gay, etcétera) y otras poblaciones sobre las que recae la opresión del sistema patriarcal”, dijo.
Las estrategias a proponer favorecen la reflexión a partir del reconocimiento de dicho patriarcado y sus consecuencias de discriminación, segregación y desigualdad. Se propone la construcción de un espacio de escucha y de hospitalidad de la diferencia, a partir del cual propiciar el compromiso de un quehacer docente universitario más igualitario, destacó.
La especialista en la temática de género precisó que a partir de la Declaratoria de la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior: Caminos hacia la Igualdad (2009) se ha implementado una serie de acciones en las IES tendientes a impactar los ocho ejes (indicadores) que sostiene la agenda de trabajo de dicha red, y entre éstos, el de la violencia de género en el ámbito universitario es sin duda uno de relevancia mayúscula, apuntó.
Actualmente, añadió, a la luz de los sucesos de violencia que se registran en nuestro país, específicamente de acoso y hostigamiento sexual sufridos mayormente por estudiantes mujeres, y que recientemente han adquirido una fuerte visibilidad y han agitado la preocupación y el interés de las autoridades universitarias por atenderlos, es inminente impulsar un actuar desde la docencia y en las aulas, a fin de incidir en su solución considerando acciones de prevención, desde la reflexión ética de la diferencia.
“La función ética es una visión que posibilita armar una mirada dentro de la práctica docente que fomente un deber ser, que oriente estas prácticas y estas conductas; un deber ser donde el otro tiene un lugar de respeto, de hospitalidad, donde se puedan aislar o dejar del lado prácticas de opresión; es importante tener un horizonte hacia el cual queremos aspirar, y la función ética nos ayuda a alcanzar ese horizonte”, finalizó.