Beatriz Angélica Espinoza/
Aunque han ganado terreno, los productos de origen orgánico tienen sus grandes detractores y, en su contra tienen que son muy caros, pero no son tan malos, consideró el investigador José Luis García Hernández.
El doctor en Ciencias en Uso, Manejo y Preservación de los Recursos Naturales e investigador en la Facultad de Agricultura y Zootecnia de la Universidad Juárez del Estado de Durango, habló de los cultivos orgánicos y dijo que sólo se trata de cultivos producidos sin el uso de agroquímicos, ni otros insumos que se aplican desde el inicio de la llamada revolución verde.
Señaló que la principal diferencia entre los cultivos orgánicos y los no orgánicos es la presencia de los nutraséuticos, que no es otra cosa que la presencia de propiedades que provocan reacciones secundarias en las personas que los consumen.
Estas propiedades, dijo, están siendo señaladas como las responsables de ocasionar muchas de las enfermedades metabólicas que padece la gente desde que comenzaron a utilizarse en la producción de los alimentos grandes cantidades de agroquímicos y otros elementos que propiciaron la producción en gran escala y grandes volúmenes.
“Los productos orgánicos no contienen residuos de nada; se producen con el cuidado al medio ambiente y al planeta, pero ocasionan grandes costos, y la producción es más reducida y, por ello, son más caros en el mercado”, expresó.
José Luis García Hernández dijo que esta es otra circunstancia que hace que los productos orgánicos tengan sus detractores, pese a ser el resultado de una especie de cultivos tan naturales como los que se hacían en el pasado y encierran parte del conocimiento de nuestros ancestros.
“En el caso de México, hay algunas regiones donde aún hay pueblos con chamanes, con guías en las sierras de Puebla, Oaxaca, Chiapas, donde hay ciertas creencias de hace 1,000 o 2,000 años, con reverencia a los recursos, al suelo, a los árboles, a las plantas y a las semillas”, recordó.
El investigador fue entrevistado por Francisco Javier Parra Vergara en la emisión del programa Alimentación: Problema de nuestro tiempo, que se transmite por el 107.5 FM de Radio Universidad, y dijo que, ahora, las nuevas generaciones visitan esos lugares y se dan cuenta que muchos de los problemas que tiene ahora la población se derivan precisamente del manejo agrícola desde que apareció la llamada revolución verde.
“Muchos se dan cuenta que los problemas se estaban derivando de lo que se conoció como revolución verde, por la diseminación del conocimiento que llega a utilizar, a escalas terriblemente grande, los agroquímicos.
“Se empezaban a dar cuenta de las consecuencias negativas ecológicamente estaban afectando a los animales que habitaban en el campo; comenzaron a verse problemas extremos donde se
utilizaban muchos agroquímicos en la gente con problemas de fertilidad, cáncer en los testículos, y en ovarios y matriz en las mujeres. Empezaron a relacionar todo eso”, advirtió.
Sin embargo, añadió que los productos orgánicos no son confiables, pues en su comercialización se encuentran algunos fraudes por la información que suelen manejar los productores y/o los distribuidores, en el proceso de etiquetación con información falsa o manipulada.
“Hay investigadores que con sus proyectos comprueban que los transgénicos no son tan malos, que sí se deben de utilizar y que prácticamente los productos convencionales son los mismos que los orgánicos, pero la industria los está haciendo muy caros y muy poco accesibles”, apuntó.