Resistencia a los antimicrobianos, una de las principales causas de muerte: investigador

Olivia Paredes

La resistencia a los antimicrobianos es actualmente una de las principales causas de muerte a nivel mundial; se estima que para el año 2050 generará más de 10 millones de decesos, superando incluso al cáncer, que hoy en día se posiciona como el primer causante de fallecimientos, precisó el investigador Julio César López Romero.

En el marco de la Semana Mundial de Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos (WAAW), que se celebra del 18 al 24 de noviembre de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el académico del campus Caborca acentuó que la resistencia se debe principalmente al abuso y uso descontrolado de los agentes antimicrobianos.

“El fenómeno de resistencia se puede definir como la capacidad que tiene el microorganismo de tolerar la actividad de un agente antimicrobiano como tal; esta capacidad, hay que mencionar, puede deberse a diferentes factores o lo puede hacer la bacteria de diferentes maneras: la más común viene siendo a través de la conjugación, que se conoce como la transferencia de material genético a través de un vídeo fuente o puente.

“También está la transducción y la transformación, y a su vez, existen otros fenómenos que la bacteria puede utilizar como mecanismos para lograr evadir la actividad de estos agentes antimicrobianos; uno de ellos puede ser la producción de enzimas que inhiban a lo que viene siendo el agente, y también puede modular o cambiar su sitio de acción para que de esta manera el fármaco no sea efectivo”, detalló.

El docente, quien participó en el X Simposio Nacional de Biomedicina y Salud del campus Navojoa, puntualizó que el fenómeno tiene un impacto bastante negativo debido principalmente al abuso y uso descontrolado de los agentes antimicrobianos, que son aquellos conocidos por la población en general como antibióticos.

“Hay que mencionar que la Secretaría de Salud o la OMS han adoptado medidas, que han sido yo creo que eficientes, y nosotros podemos ver el caso más común: para la venta de esos antimicrobianos a la población en general, actualmente se necesita una receta médica para que la persona pueda llegar a adquirirlos y de esta manera tener un mayor control sobre ese fenómeno de resistencia”, subrayó.

Buscan la manera de defenderse

López Romero enfatizó que es muy interesante cómo las mismas personas son responsables de la resistencia, pues éstas deben entender que las bacterias, como todo, siempre van a buscar la manera de defenderse ante un ataque.

“Cuando nosotros nos sentimos mal de la garganta, puede ser un ejemplo muy común y más característico, tomamos un antibiótico que habitualmente podemos tener en nuestra casa; que no debería de ser, porque se supone que hay un control. Entonces yo me siento de alguna manera enfermo, me tomo un antibiótico, me empiezo a sentir un poquito mejor.

“Pero de esta manera no culmino con el tratamiento antimicrobiano y esto provoca que la bacteria que quedó viva después del tratamiento que tomé, pueda adquirir esa resistencia y posteriormente, cuando se empieza a replicar nuevamente toda esta comunidad, va tener resistencia; y cuando tome nuevamente este antibiótico me voy a dar cuenta de que no va a ser efectivo”, ejemplificó.

En contraste, dijo, el cuadro clínico va a incrementarse e incluso agravarse cada vez más; y de un lugar focalizado, la infección posiblemente pueda ocurrir o trasladarse a otro lugar para producir un fenómeno de contaminación e infección masiva, que pueda resultar en una metástasis microbiana que ocasione una sepsis y la muerte del paciente o individuo.

“Básicamente, las personas no deben consumir antibióticos sin una prescripción médica, también a nivel clínico se consideran varias pautas, la primera de ellas es que siempre se debe utilizar el antibiótico de selección más adecuado para el microorganismo. Lamentablemente hay que mencionar que en muchos sistemas de salud no se realiza de la manera correcta para el tratamiento”, resaltó.

Para llevar un tratamiento adecuado y efectivo, el paciente siempre debe tener un antibiograma, esto le permitirá seleccionar la terapia antibiótica correcta, indicó Julio César; sin embargo, en cuadros avanzados como una sepsis, se debe tratar de inmediato con una terapia antibiótica empírica.

“Que en ocasiones no es la más adecuada, pero nos puede ayudar a retrasar el proceso de infección para posteriormente, cuando tenga el resultado del antibiograma, administrar el antibiótico más adecuado. Y aquí hay que tener en cuenta algo muy importante: se debe seleccionar el fármaco adecuado, la dosis adecuada y el tiempo adecuando para eliminar por completo la comunidad microbiana que afecta la infección”, señaló.

Como investigadores, añadió, se tiene siempre un compromiso social y en ese contexto, se está tratando de ahondar un poco más en esta problemática de salud, para lo cual se trabaja con cepas resistentes a los antibióticos, en colaboración con instituciones del sector Salud.

“A través de estas cepas nosotros hacemos estudios en función de los productos naturales que típicamente son utilizados en la medicina tradicional para el tratamiento de algunas enfermedades o patologías; entonces nuestros estudios se enfocan en analizar el potencial antimicrobiano de estas fuentes, contra específicamente cepas que presentan diferentes patrones de resistencia.

“Para que, de esta manera, en un futuro, estas terapias pudiesen llegar a formar parte del desarrollo de farmacológicos obviamente; hay que mencionar que esta parte es muy compleja, porque para lograr tener un desarrollo farmacológico o antibiótico, tenemos que tener las garantías de que este sea eficaz y pueda llegar a ser utilizado de manera consciente y segura a nivel tanto clínico, como hospitalario e individual”, concluyó.